Cuenta la leyenda que el rey Jorge III de Inglaterra solía estar siempre de malhumor debido a que no podía solucionar sus problemas de insomnio por las noches, incluso, llegó a amenazar a su médico de cabecera con ejecutarlo si no remediaba su problema.

Desesperado, el doctor probó decenas de fórmulas sin obtener resultado. Un día, observó que su mujer quedó profundamente dormida después de cosechar lúpulo y así confeccionó una almohada con hojas y flores de lúpulo para que el Rey pudiera dormir plácidamente con solo apoyar su cabeza en ella.

A partir de entonces, el lúpulo no sólo fue utilizado para la elaboración de cerveza, sino también como un eficaz sedante e inductor del sueño.

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