La textura y la densidad de la cerveza es lo que marca su sabor y su forma de reaccionar al contacto con el paladar y nuestros labios. La espuma, es un factor imprescindible a la hora de probar una buena cerveza. Pero así como son diferentes entre sí una cerveza rubia y otra negra, lo es también la forma en que hay que servirlas desde el grifo cuando son cervezas de barril.

La cerveza rubia que tradicionalmente se bebe en España, es menos espesa y es posible servirla con mucho acierto en diferentes vasos, cañas, medias-cañas o jarras, aunque encontraríamos opiniones variopintas a la hora de valorar si es mejor beberla en un vaso de tubo, en una jarra o en un vaso más pequeño como se sirve la típica caña rápida de Madrid.

Colocar el vaso aproximadamente a 45º y dejar tres centímetros de espuma.

Colocar el vaso aproximadamente a 45º y dejar tres centímetros de espuma.

Por el contrario, rara vez veremos una cerveza tostada o negra en un vaso que no sea el típico vaso de pinta o la jarra grande que se sirve en locales especializados
Para servir éste tipo de cerveza, (la cerveza negra), se suele respetar la norma de hacerlo en tres tiempos, dejando reposar la cerveza en su jarra cuando ésta se llena de espuma. La espuma que forman éstas cervezas al salir del barril, es tan densa que es imposible evitar que se llene el vaso enseguida y hay que dejarlas reposar hasta dos veces antes de poder llenar el recipiente por completo. Por esta razón, las pintas de cerveza negra suelen tener una espuma más densa y concentrada que las pintas de cerveza tradicional rubia que podemos tomar en cualquier bar.

Guinness propone una diferente forma de tomar la cerveza negra. Su textura no se diferencia tanto de la que tiene la cerveza rubia que tradicionalmente se bebe en España. Es la cerveza negra más conocida aquí y la que más se parece a las cervezas que se consumen en nuestra cultura. A pesar de ello, es notable una gran diferencia al probar una de estas estupendas pintas de cerveza negra, y compararla con el sabor y la textura de las otras cervezas, aunque todas coinciden con el mismo trasfondo general de placer que sólo la cerveza puede aportarte.

«En Alemania, existe prácticamente un tipo distinto de cerveza negra, rubia o tostada, más o menos densas y de mayor o menor concentración de alcohol en cada provincia o región».